En una ciudad sobre la que planea una imprecisa aunque inminente amenaza de guerra vive Joseph Walser, un hombre gris, silencioso y taciturno, un «hombre común», como él mismo se denomina. Aunque vive con su mujer, Margha, solo dos ocupaciones consiguen atraer su atención: la exigente dedicación al funcionamiento de una potente y peligrosa máquina en la fábrica donde trabaja y la colección de pequerios objetos metálicos que recoge de todas partes y que conserva secretamente en una habitación de su casa. El estallido de la guerra y su desarrollo se muestran en esta extraordinaria narración a través de la evolución de los discursos de Klober Muller, el jefe de Walser en la fábrica. Estos constituyen una reflexión recurrente sobre la libertad del individuo en sociedad, sobre el valor práctico dé la sumisión al orden y sobre los paralelismos entre el creciente poder de las máquinas y la mecanización de las relaciones sociales.