Construir, o edificar, es una de las actividades esenciales del proceso de humanización, una acción íntimamente ligada a lo sagrado y a la esencia de lo humano. La palabra castellana «construir», del latín construere, tiene que ver con la colaboración y la solidaridad, esenciales en el proceso de socialización. y «edificar» está también vinculada a lo sagrado, ya que es tanto como aedes (templo, aposento, casa) facere (hacer). Edificar y construir son acciones que se relacionan con el proceso de humanización de la tierra, y dan como resultado la erección de todo aquello que sirve para la vida humana, desde casas y templos a caminos, escuelas y otras estructuras materiales. De todas esas estructuras, la vivienda es sin duda esencial para la vida. Hablar de la vivienda es, pues, aludir a una dimensión fundamental de la vida humana. Y esencial desde luego en la ciudad, donde la concentración de gran número de personas y la llegada de gentes procedentes de otros lugares exige construirlas en gran número. Y donde la diversidad de rentas da lugar a diferencias profundas en las posibilidades de acceso a un alojamiento digno. El estudio de la vivienda conduce inmediatamente a la lógica social que influye en su construcción, y en especial a las rentas de los usuarios y las decisiones de los poderes públicos para hacerla accesible. también nos sitúa ante las po sibilidades técnicas disponibles y aplicables con un determinado coste, así como a las ideas sobre la forma de organización de las casas y sobre la calidad de los equipamientos. Dichas cuestiones se abordan en este volumen con una perspectiva histórica, centrando la atención en los cambios sociales que se han producido y en las transformaciones de la edificación.