La música para el dispositivo cinematográfico y la música culta contemporánea nacieron casi simultáneamente durante las dos primeras décadas del siglo XX. Lo más lógico es que pronto se encontraran para dar lugar a un género musical ` nuevo. Sin embargo, esta modalidad musical no ha sido mayoritariamente utilizado en el cine, probablemente por cierto componente de alejamiento del espectador, quedando encasillada a su asociación y recreación del suspense, la anormalidad y todo lo relacionado con la ciencia ficción y lo extraterreste, la descripción de efectos psíquicos inestables y a determinados géneros como el terror, las películas de serie B y el cine negro postmoderno: Los descubrimientos estéticos del serialismo, la dodecafonía, la `música concreta, el minimalismo y muchos otros movimientos musicales han sido componente de las películas de directores clásicos y muy conocidos como Alfred Hitchcock o John Huston, pero también fueron empleadas por autores como Peter Greenaway, Andrei Tarkovski o Akira Kurosawa. Además, en el libro se revisa la historia de las teorías sobre los usos y funciones de la música en el cine a la luz de estas coordenadas, teniendo en cuenta a los mejores pensadores sobre cine como Hans Eisler, S. M. Eisenstein, Edgar Morin, Albert Laffay o Jean Mitry, sin pasar por alto la trayectoria musical en el cine de Giovanni Fusco, Eduard Artemiev, Toru Takemitsu, Michael Nyman, Erik Satie, Arnold Schoenberg, o los españoles Luis de Pablo y Cristóbal Halffter.