Mientras los demás niños de la urbanización viven en relucientes casas unifamiliares con sus felices pero convencionales familias, la pequeña Loes lo hace en la vieja rectoría, junto a su madre y los dos inquilinos y amantes de ésta, quienes ejercen además de bondadosos padres de la niña. Durante sus primeros seis años de vida Loes no ha tenido que enfrentarse a los férreos dictados de la hostil realidad. Desde la inconsciencia de su infancia pensaba que los cimientos de su mundo eran sólidos. Todo va a cambiar de repente. Un día aparece el cadáver de un vecino con un lápiz clavado en un ojo. Todas las hipótesis apuntan a que este hombre intentó abusar sexualmente de Loes y que la madre de ésta lo asesinó. También se dice, sin embargo, que la madre tenía otras razones para cometer el homicidio... si es que en realidad lo hizo. En cualquier caso, a partir de ese momento la niña pasa a ser «la hija de la asesina» y su infancia se convierte en un auténtico infierno. Durante años será víctima inocente y silenciosa de las continuas vejaciones de sus crueles compañeros de escuela. Sólo a medida que crece y se convierte en mujer irá desvelando los misterios del oscuro crimen que ha marcado su infancia y adolescencia, años dominados por silencios y engaños. Un proceso difícil y costoso en el que deberá reconciliarse con sus dolorosos y traumáticos recuerdos, y cuyo desenlace ni ella misma puede prever: desde el principio, su madre convirtió su vida en una gran mentira que los dos amantes de ésta prolongaron. Con su inusual capacidad para indagar en los repliegues más oscuros del alma humana y proporcionar un inquietante clima a sus perturbadoras historias, Renate Dorrestein nos ofrece una desasosegante novela acerca de la misteriosa relación entre víctimas y verdugos, la naturaleza de los actos o mentiras que se interponen entre ambos y la imposibilidad de expiar culpas ajenas.
Renate Dorrestein nació en Amsterdam en 1954 y es una de las más importantes escritoras holandesas contemporáneas. Trabajó como periodista antes de dedicarse por entero a la literatura y ha recibido, entre otros galardones, el premio Annie Romain por la totalidad de su obra. Sus novelas han sido traducidas en numerosos idiomas, con un éxito notable, tanto de crítica como de público.Foto © Harold Pereira