Este libro es un epistolario inusual, que recoge las cartas que el pintor Miguel Ángel Campano, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1996, envió durante más de cuarenta años al catedrático de Filosofía Nicolás Sánchez Durá, entre 1971 y 2012. De ellas emerge el espíritu impetuoso del artista, que recorre su biografía mientras da cuenta de sus ideas sobre la pintura, sus reflexiones desde el psicoanálisis o su pasión por el arte o la literatura. Un volumen que da fe de su carácter a ratos sombrío, a ratos eufórico siempre magnéticoy que es muestra de una amistad, en palabras de Sánchez Durá, «tan radical como amorosa, exigente en extremo y espléndida».
Miguel Ángel Campano ha sido uno de los pintores españoles más evocadores y modernos de los últimos tiempos, dueño de un trazo que fue ganando en calado y profundidad a medida que se iba acercando a la abstracción. Cuando estudiaba Bellas Artes en Valencia trabó amistad con Nicolás Sánchez Durá, catedrático de Filosofía en la universidad de dicha ciudad y apasionado del arte contemporáneo, afición que le llevó a fundar la galería Temple y a comisariar exposiciones (entre ellas, varias de Campano) en instituciones como el IVAM de Valencia, el Círculo de Bellas Artes de Madrid o el Banco Nacional de Atenas, entre otras.