Este libro quiere ser un amplio comentario a «Los libros del Tao». Sin pretensiones de manual, ni práctico ni teórico, sino una mera y modesta exposición, una serie de reflexiones en torno a las enseñanzas de Lao tse, el Anciano Maestro, para compartir con otros buscadores peregrinos del universo mental. Los interesados podrán elegir el método o el arte de ponerlas en práctica, si no lo han encontrado ya. El libro va dirigido a los creyentes (en Dios, en la sola materia, en la ciencia, en el dinero, en los medios, en las redes, en sí mismos) y a los que no creen absolutamente en nada, es decir a los que ni creen ni dejan de creer. A estos últimos sírvanos de alivio y solaz. Ojalá. Ruta de la Seda, Ruta del Silencio. Espacios inmensos y luminosos, y cielos cuajados de brillantes estrellas en las noches serenas. Un día el Anciano aparece en la frontera, en el lugar donde las caravanas inician su jornada por la Gran Ruta del Oeste. Hastiado de aquella sociedad ha decidido irse a otras tierras, a las tierras donde se pone el sol. Requerido por el guardián de la frontera, le dicta un texto en el que resume las en
Doctor en Filosofía, fue el primer traductor de la Embajada de España en Pekín, durante los últimos años de la Revolución Cultural en tiempos de Mao Tsetung. Pionero de la moderna sinología en nuestro país, ha traducido al castellano los principales textos clásicos taoístas (Libro del Tao o Tao Te Ching [Premio Nacional de Traducción 1979], Zhuang zi, Lie zi), así como otras obras de literatura china. Entregado desde 1983 al estudio de la lengua y cultura tibetanas, ha viajado y vivido en el Tíbet durante diecisiete años. Monje bonpo desde 2008, cuatro años después fue expulsado del Tíbet por las autoridades chinas.