La tutela judicial efectiva del ejercicio de los derechos e intereses legítimos, que constituye uno de los derechos que reconoce a todas las personas la Constitución, sólo será posible si se confía a Jueces que, además de imparciales e independientes, tengan la formación adecuada. De aquí que el problema de la selección haya constituido siempre una de las preocupaciones de los Poderes públicos. Hoy el problema ha adquirido importancia capital. Porque uno de los defectos de que adolece la Administración de Justicia es el de la enorme lentitud de los procesos. Y para superar esta situación, es necesaria la creación de nuevos órganos judiciales, lo que obliga a multiplicar y multiplicar considerablemente el número de los Jueces. Y los Jueces no se improvisan. Jesús González Pérez aborda en este trabajo la cuestión. Partiendo del Pacto de Estado sobre la Reforma de la Justicia, a que llegaron los partidos mayoritarios, examina con la máxima objetividad la reglamentación vigente y la reforma que se propone llevar a cabo, a fin de verificar hasta qué punto responde a las exigencias para que en el futuro la función de los Jueces tenga la especialidad requerida al impartir justicia en cada uno de los distintos órdenes judiciales.