Charles Darwin es universalmente recordado como el autor de la teoría de la evolución de las especies mediante selección natural. Y es justo que así sea, salvo por un detalle importante: el de que deberíamos recordar también a Alfred Wallace, que ignorando que Darwin llevaba años desarrollando esa teoría sin haberla publicado, llegó, a principios de 1858, a la misma idea, comunicándosela a Darwin en una carta. Al contrario que en otros casos de la historia de la ciencia, en lugar de competir por la prioridad en la propuesta, Darwin y Wallace llegaron a un acuerdo: publicarían en la misma revista cada uno un artículo en el que expondrían sus ideas. Esos trabajos aparecieron en el Jorunal of the linnean Society. Fue una sabia y noble decisión, que además estimuló a Darwin a publicar el año siguiente un resumen de sus ideas, El origen de las especies (1859), uno de los libros más importantes jamás escritos. Introducidos por el profesor de la Universidad Complutense, Fernando Pardos, el presente volumen reproduce los materiales publicados en el Journal of the Linnean Society, inéditos hasta ahora en español, junto con dos textos (no publicados en su tiempo) en los que Darwin había puesto por escrito sus ideas sobre la evolución de las especies.