Lodz es una ciudad polaca que está en el corazón de Europa; fue una ciudad de fortunas y miserias, de fabricantes y obreros, de fastos y revoluciones; en su día llamada la "tierra de la gran promesa", como del mismo modo fueron llamadas otras muchas ciudades, otras muchas tierras, otras muchas naciones. La novela de Reymont nos cuenta su historia, que es la historia de Europa, tal vez del mundo, en su versión más compleja, porque es la historia del progreso y de la miseria, de una sociedad sin sentimientos ni valores, pero a la vez de ambiciones y deseos, de ideas y proyectos. Esta ciudad emblemática, con sus calles polvorientas y sus bosquecillos misteriosos, con sus antros de pobreza y sus mansiones señoriales, con sus fábricas y sus tabernas, constituye un microcosmos real y, al mismo tiempo, simbólico en su universalidad, que Wladyslaw Reymont, recrea con maestría. El lector asistirá a una galería de personajes entrañables en sus vicios y virtudes, en sus pasiones y debilidades, pero sobre todo se verá transportado al mundo multicolor, amalgama de razas y culturas, que fue la centroeuropa finisecular.
Nuestro mundo actual, globalizador, imponente, creado para los fuertes, para los capaces de llegar al llamado éxito social no ha surgido de la noche a la mañana. Unos sacaron oro del esfuerzo; otros la pobreza, la muerte, la enfermedad. Todos, una pérdida de los primigenios valores humanos, la libertad, el amor, la relación armónica con la naturaleza..
Y de esto nos habla Reymont en su novela. Y por eso vale la pena leerla, para conocer nuestro pasado de la mano de un escritor de la mejor de las estirpes.
Wladyslaw Reymont nació en Kobiele Wielke en 1867 y murió en Varsovia, justo un año después de recibir el Premio Nobel de Literatura, en 1925.
Hijo de un humilde organista, su juventud estuvo marcada por la inestabilidad y la aventura. Antes de entregarse de pleno a la literatura, ejerció los oficios más diversos, desde aprendiz de sastre y seminarista hasta actor de una compañía ambulante y empleado del ferrocarril, lo cual constituyó una buena escuela de experiencias sobre la sociedad del momento que reflejaría más tarde en su obra. En 1924 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.
De su obra, la mayor parte inédita en castellano, podemos destacar las siguientes obras, Komediantka, 1896; Fermenty, 1897; Chlopcy, 1904-1909; Nil desesperandum, 1916; Insurekcja, 1918.
Sin embargo, es Ziemia Obiecana 1899, que ahora presentamos por primera vez en la traducción adaptada al castellano como La tierra de la Gran Promesa, su libro más emblemático y por el que se le compararía a los grandes escritores y pensadores en la mejor tradición del realismo social y la inquietud moral (Dickens, Zola, Morris, Galdós, Ruskin, Ibsen). La inolvidable versión cinematográfica de Andrzej Wajda en 1974 contribuyó aún en mayor medida a la difusión mundial de esta espléndida obra maestra sobre el nacimiento del capitalismo en la ciudad de Lodz, conocida como el Manchester centroeuropeo.