Como es patente el mayor problema que tiene planteada la Humanidad en estos momentos de crisis económica es la provisión de energía en modalidades adecuadas para atender las necesidades que demandan los distintos grupos sociales, protegiendo a la par el Medio Ambiente.
En este sentido las sociedades de cuño Occidental requieren ineludiblemente de suministros básicos adecuados para la propulsión de los vehículos automóviles como se constató aparatosamente en España con ocasión de una revuelta que felizmente fue zanjada por la Benemérita, cuya profundización nos habría llevado al caos.
La solución aconsejable pasa paradójicamente por una vuelta a los orígenes captándose energías equivalentes a las existentes en los comienzos del Cosmos, cuando nuestros antepasados pudieron prosperar, sobrevivir y calentarse con apoyo de energías de origen biológico.
En estos momentos se trata también de producir componentes energéticos orgánicos idóneos para impulsar el más importante artilugio de nuestro tiempo el automóvil en sus distintas manifestaciones.
Este tipo de aprovisionamiento, sin cuya disponibilidad este trabajo no hubiera podido redactarse y menos aún transmitirse a sus destinatarios, encuentra paradójicamente críticas de expertos en energías convencionales lo que como se verá implica desde las ingenierías mas audaces a las soluciones pacificas convencionales al efecto a los obstáculos técnicos desde el campo de las ideologías, lo que paradójicamente aflora también entre nosotros al temerse que con ello se perjudique las materias primas utilizadas en los oficios religiosos. Sobre otras bases se han generado en Occidente otros rechazos a la biomasa. Felizmente estas reservas han quedado superadas por la entrada en vigor de técnicas como la de la biomasa marina, que ya se han formalizado en México y también desde luego en España, en la Universidad de Albacete. En la actualidad los expertos en la materia en la Universidad de Alicante son estos momentos los más avanzados a escala mundial.
Estos progresos podrán ser trasladados a otros países litorales, por los que desde la Asociación de Derecho Ambiental Español (ADAME) se ha propugnado ?Barrenar los cayucas y enseñar a pescar?.
Lo que si parece indispensable aunque aun no se haya producido es la materialización enérgica y pacificadora de la Administración que se aborda también en el libro, ya que más allá del círculo de las lamentaciones tengo la convicción de que es factible armonizar positivamente demandas aparentemente contrapuestas por lo que sería importante prosperar como ya se está haciendo en la obtención de biomasa.
El autor de la presente obra ex-Rector y fundador de tres Universidades preside una empresa agropecuaria familiar en Tierra de Campos, y en otro orden de saberes dirige y preside ADAME (Asociación de Derecho Ambiental Español).
Espero haber acertado en la revisión aportada y que cuanto antes se edite la obra ya que el tema lo merece. No me parece fácil sintetizar su ingeniería lo que en buena medida precisaría de modificaciones profundas del ordenamiento jurídico-ambiental.
El tema básico que es por cierto el más antiguo de la Historia del mundo y de la humanidad y el más moderno a la vez en cuanto a la búsqueda de soluciones en el mar.
La obra se dirige al ámbito universitario especialmente del Derecho Ambiental, pero también aborda disciplinas no jurídicas particularmente de Ciencias. El sector político encargado del Ambiente y por supuesto también la prensa diaria más significativa.