Toda persona vive en su propio mundo mental. Sus penas y alegrías son creaciones de su propia mente, y de su mente dependen para su existencia. En medio del mundo, ensombrecido por muchos pecados y pesares en los que vive la mayoría, mora otro mundo, iluminado por brillantes virtudes y una alegría impoluta, en el que viven los perfectos. Es posible encontrar este mundo y entrar en él. A él se llega a través del autocontrol y la excelencia moral. Es el mundo de la vida perfecta, y pertenece justamente al hombre, que no alcanza su plenitud hasta que no se corona con la perfección. La vida perfecta no es algo lejano e imposible como imaginan los hombres que habitan en la oscuridad; es algo extremadamente posible, muy cercano y real. El hombre sigue siendo una criatura anhelante, suplicante, pecadora y penitente sólo en la medida en que quiera serlo aferrándose a tales condiciones. Pero cuando decide sacudirse los oscuros sueños y levantarse, se yergue y alcanza el éxito.
JAMES ALLEN nació en Leicester (Inglaterra) a finales del siglo XIX. A los quince años tuvo que abandonar sus estudios tras la muerte de su padre para hacerse cargo del mantenimiento de su familia. Publicó una veintena de títulos, algunos de los cuales han vendido millones de ejemplares. Su pensamiento influyó a autores como Norman Vincent Peale o Dale Carnegie.