La vida matrimonial de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, estuvo marcada por las infidelidades permanentes del rey y sus varios hijos bastardos. Lo mismo sucedió con Carlos V y Felipe II, dos emperadores que vivieron amoríos constantes y dejaron el reino repleto de hijos fuera del matrimonio. Felipe IV, obsesionado por el sexo femenino, es el claro ejemplo de don Juan. Sus hijos naturales se elevan a la treintena, aunque solo reconoció a uno, Juan José de Austria. Famosos eran sus escarceos con mujeres de cualquier condición social, desde actrices hasta monjas. No menos alocada fue la vida de Luis I y de su esposa, Luisa Isabel, reyes de España durante 229 días o de la denominada «Trinidad en la tierra», el trío amoroso formado por Carlos IV, María Luisa de Parma y Manuel Godoy. Fernando VII torturó a sus cuatro mujeres por su ardiente vida amorosa e Isabel II está considerada como una de las reinas más devoradoras de sexo de la historia. Sus descendientes, Alfonso XII y Alfonso XIII prosiguieron el ejemplo de la reina y todos ellos dejaron su huella en el arte amatorio con varios hijos bastardos en su haber. Juan Carlos I ha seguido el ejemplo de sus ancestros, y el actual monarca es un ejemplo claro de que a los Borbones les pierde la cuestión del sexo. Las alcobas clandestinas, ensayo escrito en tono desenfadado, presenta de manera rigurosa y amena la vida amorosa de los reyes y reinas de España, la mayoría de ellos esclavos del sexo. Numerosos viajeros extranjeros se han hecho eco durante siglos del desenfreno sexual que han vivido los Borbones en la corte. La mayoría dejaron hijos naturales nunca reconocidos que cuestionan el sistema hereditario de la corona española. Una historia donde las pasiones y las miserias humanas, el poder y la corrupción, las mentiras y los secretos de alcoba se entremezclan entre sí para el mero disfrute de lo monarcas.