MASON, A.E.W. / MIGUEL, CARLOS DE
Harry Feversham, uno de los soldados británicos de más impecable reputación, no puede menos que sentirse consternado al recibir, a finales de 1882, cuatro plumas blancas (ofensivo e inequívoco símbolo de cobardía), por haber decidido no acompañar a su regimiento en una arriesgada campaña en Sudán, para permanecer en Londres junto a su prometida. Sin embargo, no le faltará ocasión para demostrar su valentía y su profundo sentido de la amistad, cuando sus compañeros son víctimas de un devastador ataque de los rebeldes sudaneses. Feversham entra con todos los honores en la galería de personajes inolvidables, de compañeros cuya rectitud moral ha sido ejemplo para miles de lectores de todas las edades. Con Las cuatro plumas A.E.W Mason dejó a la posteridad no sólo la gran novela sobre el sentido del honor tal como se forjó en la edad dorada del Imperio británico, sino un emocionante canto a la camaradería, a la amistad y, en última instancia, a las distintas formas de arnor.
Alfred Edward Woodley Mason (1865-1948) ya era un autor de éxito cuando en 1910 decidió crear al personaje del Inspector Hanaud, de la Sûreté de París. Mason se había educado en Dulwich College y graduado en Oxford en el exclusivo Trinity College en 1888. Antes de convertirse en escritor, había sido actor lo que le dio un sentido del escenario que bien puede explicar la adaptación de muchos de sus libros al teatro y a la pantalla, y miembro del parlamento británico. Participó en la Primera Guerra Mundial como Capitán y realizó misiones para la inteligencia británica en México y en España. Fue un gran viajero, y sus experiencias las trasladó a sus novelas, haciendo verosímiles y fidedignas las descripciones de los lugares en donde se desarrollaban. Cuando en 1910 decidió crear al inspector Hanaud, ya había publicado varios de sus libros más celebrados, Miranda of the Balcony, The Truants, Runing Water y, por supuesto, la obra por la que será siempre recordado, The Four Feathers.