(Bradenham, Norfolk, 1856 - Londres, 1925) se presentó a los dieciséis años a unas oposiciones para el Foreign Office y partió a Sudáfrica. A los veintiún años fue nombrado secretario del Tribunal Supremo de Pretoria. De regreso a Inglaterra se hizo abogado y comenzó a publicar artículos sobre África. En 1882 apareció su primera novela, que pasó sin pena ni gloria, y tres años después "Las minas del rey Salomón" que, pese a haber sido rechazada por varias editoriales, le proporcionó fama y fortuna. De entre su extensa obra destacan "Ella" (1886) y "Allan Quatermain" (1887).