PONIATOWSKA AMOR, ELENA / 0 (Ilustración)
A Elena Poniatowska le advirtieron cuando era joven que le permitirían escribir novelas pero no vivirlas. Por si acaso aquello llegara a ser verdad alguna vez, se apresuró a poner en su existencia esos cientos de personajes que se van asomando a sus textos (sus relatos, sus novelas, sus reportajes o sus entrevistas) para conversar con ella sobre aquello que más le importa y que, significativamente, nombra su segundo apellido: el amor. Como se ve en los veinte cuentos de esta antología, ese amor adopta muchas formas: el amor a los perros de "Chocolate" (perros callejeros que una anciana va adoptando porque confía más en ellos que en las personas); el amor a una actriz en "Cine Prado" (un amor en dos dimensiones que acaba obsesionando a su protagonista); el amor adúltero en "De noche vienes" (una mujer se casa con cinco hombres, a cada uno de los cuales reserva una noche de la semana); el amor a los muebles, y a las cosas en general, en "El inventario" ("En el principio fueron los muebles"); el amor al lado oscuro y mítico en "Coatlicue" (una bajada a los infiernos y una visita a las fuerzas del mal, donde reina la "razón enlodada", en toda regla); el amor sensual y abierto -a todas las heridas- de los amantes arquetípicos en "La felicidad"; el amor de un maquinista por su vieja máquina de vapor y por su mujer, que le abandonan y le transforman en una especie de fantasma, en "Métase, mi prieta"; el amor al arte en "Los bufalitos"; el amor al horizonte, de donde ha de venir ese "Rayo verde" que anuncia el título y que es la "fórmula de la felicidad"; o el amor a las alcachofas en "El corazón de la alcachofa" ("comerlas es un auto sacramental"). Un amor que abarca a personas de toda condición social, con especial oído para las más desfavorecidas (lavanderas, jardineras, ferroviarios, sindicalistas, amas de casa, mendigos, clientes de una ferretería), y también a las palabras, a las que la autora acaricia y mima para que le revelen sus secretos y sus sueños.
Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, ha acabado escribiendo, y también viviendo, las mil y una historias del amor, veinte de las cuales, bastantes de ellas de inspiración autobiográfica, palpitan entre las páginas de este libro.
Elena Poniatowska