Fruto de sus varias estancias en India y de su pasión por su cultura y sus poetas, Jesús Aguado le ha ido dedicando, a lo largo de su carrera poética, poemas sueltos y libros enteros.
Heterónimos como Vikram Babu, homenajes como el que hace a Kabir, Mirabai, Damodara Gupta y otros, pinceladas de la vida cotidiana como el que protagonizan algunos niños de Benarés, etc. dan cuenta de parte de lo que la India le ha ido enseñando: a creer solo en dioses personales (aunque, paradójicamente, trascendentes), a hacer potable la nada (y, en consecuencia, a atreverse a beber de ella), a transitar las emociones con dulzura sin importar que sean benéficas o terribles, a usar la palabra como vehículo de realización espiritual, a creer en lo minúsculo porque es ahí donde se esconde (lúdicamente, aniñadamente) lo inconmensurable... Todo eso se recoge por primera vez en este libro, Los 108 nombres de Dios.
Es autor, entre otros, de los siguientes libros: Los amores imposibles (Premio Hiperión, 1990), Libro de homenajes (1993), El fugitivo (1998), Los poemas de Vikram Babu (2000), Lo que dices de mí (2002), Heridas (2004), La astucia del vacío. Cuadernos de Benarés: 1987-2004 (2010), Mendigo (2008), El fugitivo. Poesía reunida (2011) y La insomne. Antología esencial (2013). Ha vivido en Sevilla, Málaga, Benarés (India) y actualmente lo hace en Barcelona. Es crítico, traductor, conductor de talleres literarios y coordinador de distintas colecciones de poesía.