Cada vez se sabe más sobre los chimpancés, los bonobos, los gorilas y los orangutanes, y se ve más claramente lo mucho que se parecen a los niños humanos de dos a tres años. Gracias a organizaciones como Proyecto Gran Simio, son más los países que les dan una protección legal especial, hay más juristas dispuestos a defender los derechos de los simios, más peticiones de «habeas corpus» y más juicios en los que se debate la posible personalidad legal de nuestros hermanos evolutivos. Sin embargo, muchos países siguen sin darles la protección adecuada, y nuestros primos primates no solo están amenazados por el cambio climático, las pandemias y la tala de bosques, sino que también sufren el acoso de los cazadores furtivos que los secuestran para zoos y espectáculos, para venderlos como mascotas o para comerciar con su carne. Es necesario por eso un gran esfuerzo de coordinación internacional para que puedan sobrevivir como especie y ser respetados como individuos. Ante la urgencia de esta defensa, se hace preciso responder a preguntas como: ¿qué derechos deberían concederse a los grandes simios , ¿en qué se difer
Peter Singer es autor de Una vida ética (Taurus, 2002), Ética práctica y Repensar la vida y la muerte entre otros muchos libros. Actualmente ocupa la cátedra Ira W. DeCamp de Bioética en el Center for Human Values de la Universidad de Princeton.