En diciembre de 1945, en un pueblo egipcio llamado Nag Hammadi (en árabe "Pueblo de Alabanza") un campesino halló cerca de mil páginas en papiro divididas en códices, cuya antigüedad se remonta al siglo IV d. C. Fue una gran suerte que tales manuscritos se descubriesen en el siglo XX y no antes, ya que si el descubrimiento se hubiese producido en la época en que la Iglesia católica se valía de la Inquisición como instrumento corrector, habrán terminado en la hoguera al considerarse textos heréticos, apócrifos. Los textos de Nag Hammadi son unas traducciones realizadas hace unos 1500 años. Se trata de trece manuscritos traducidos al copto de originales griegos. Sus autores ofrecen versiones de las vidas de Jesús, María y José; la importancia de estos evangelios es que fueron escritos por personas que vivieron en la época de Jesús. Estos textos ofrecen un Jesús que, en lugar de venir a salvarnos del pecado, viene como guía para abrir el acceso a la comprensión espiritual.
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