Una persona se convierte en un tirano cruel cuando no está acostumbrado a que se le contradiga, cuando tiene la facultad de poder infligir un castigo severo a aquel que osa oponérsele. En la sociedad actual, con un nivel de comodidades y de disfrute instantáneo de muchos placeres que hace sólo unos años hubiera sido dificil de creer, muchos niños y jóvenes desafían a sus padres de modo sorprendente, les insultan y amenazan, e incluso llegan a golpearlos salvajemente... cuando no, llanamente, a asesinarlos. En España estamos ahora abriendo los ojos ante los hijos que asaltan a sus padres, y no lo queremos creer. Pensamos más bien que es un hecho aislado, o pasajero. Pero mi opinión es que estos chicos que se creen con derecho a exigir y lograr sea como sea lo que se les antoja, cuando lleguen a la edad adulta serán hombres y mujeres violentos, agresores de sus parejas y acosadores de sus compañeros de trabajo, cuando no fracasados sociales o delicuentes consolidados. Es el precio que tenemos que pagar por no haber previsto que un egocentrismo tan absoluto impide el desarrollo pleno de las emociones morales como la empatía, la compasión y la responsabilidad. Alguien así se cree por encima de la plebe , con derecho a levantar o bajar su dedo ante el trato que merecen los demás. Es el síndrome del emperador.
Vicente Garrido es doctor en Psicología y Graduado en Criminología, así como uno de los pioneros y de las autoridades más reconocidas en el ámbito de la criminología violenta. Ha sido consultor de Naciones Unidas, y ha asesorado en diferentes casos a la Policía y a la Administración de Justicia, elaborando el perfil que ayudó a capturar al asesino múltiple Joaquín Ferrándiz. Entre sus libros publicados figura El rastro del asesino, Cara a cara con el Psicópata, Los hijos tiranos y Perfiles criminales.