Los literatos en cuaresma es un breve opúsculo de 1773 que ofrece una visión crítica, irónica y a veces sarcástica de ciertos sectores sociales de la España del momento, a la vez que plantea algunos temas clave de la reflexión ilustrada, como el proceso de secularización de la sociedad o el imprescindible programa de reforma de la institución cultural El lector apreciará como actuales las quejas de Iriarte.
Tomás de Iriarte (1750-1791), proveniente de una familia culta y distinguida, llegó a Madrid desde Puerto de la Cruz, Tenerife, con tan sólo catorce años. Allí realizó sus estudios de latín, griego y francés, gracias a los cuales pudo suceder a su tío como traductor de la Secretaría de Estado en 1771. Compaginó desde entonces sus tareas oficiales con su trayectoria literaria, iniciada con traducciones de piezas de teatro francesas y del Arte poética de Horacio, y que seguiría con la composición de poemas, obras de teatro de contenido mayormente satírico y sus célebres Fábulas literarias, con las que se jactaba de ser el primer introductor del género a nuestras letras, lo que le supuso una contienda con el que hasta entonces había sido su amigo, Félix María de Samaniego, que había editado sus Fábulas tan sólo un año antes. Aquejado de gota, Iriarte murió en Madrid el día antes de cumplir 41 años.