Es 1916 en la Vega de Granada, la tierra más rica de Andalucía y escenario de incendiarios conflictos sociales y políticos, donde los alpargateros pasan hambre y los terratenientes se hacen inmensamente ricos con el contrabando de alimentos básicos hacia los frentes de la Gran Guerra. Es tiempo de jinetes y pistolas, revientahuelgas sanguinarios, bolchevistas iracundos y guardiaciviles borrachos.
En ese paisaje se forjará la primera agitación poética de Federico García Lorca, el Lucero, antes de sumergirse en el vanguardismo irreverente de la madrileña Residencia de Estudiantes. Vivirá estrepitosos fracasos teatrales, la persecución al maricón de la tenebrosa España, la singladura de la Barraca ...
Un puzle cubista donde cabe todo. Quizá, también, el relato de cómo un país se confabula para conceder a un poeta el derecho a morir asesinado.