Antonio Gallego Burín (Granada, 1895-Madrid, 1961) siempre tuvo la precaución de moverse, como intelectual y como político (fue el alcalde de Granada representativo del primer periodo de la dictadura franquista, en la que ocupó también el puesto de gobernador civil en los meses más duros de la represión), en un espacio ambiguo y resbaladizo que ha impedido estableder con autoridad quién fue en relaidad: si pesó más su imagen de reformista urbano o la de conciliador autoritario, si se le puede atribuir un auténtico rango intelectual o solo fue un erudito al sercicio de la tiranía que se instauró al término de la Guerra Civil...
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