La contemplación de la cultura del vino nos permite apreciar las cualidades que ponen en evidencia las personas con mas proyección en nuestras organizaciones. Como ocurre con el buen vino, en nuestras organizaciones las personas que destacan son las que tienen proyección, El desarrollo profesional da sus frutos cuando equilibra el empuje y la espera, el vigor y el acabado, la acidez y la dulzura, el brillo y los momentos más apagados. Y, como el buen vino, necesita sus tiempos. Brindemos por ello.