Por qué los adolescentes no maduran: una investigación reveladora en torno al sobrediagnóstico en la salud mentalLas generaciones millennial y Z se han criado con padres obsesionados con la felicidad de sus hijos, hipervigilantes y cuya pedagogía se basaba en enfoques terapéuticos. Sin embargo, todos esos esfuerzos por garantizar su bienestar han sido en vano, pues esos niños hoy se han convertido en jóvenes solitarios, ansiosos, deprimidos e inseguros. En palabras de Abigail Shrier, «los miembros de la nueva generación están terriblemente mal preparados para llevar a cabo tareas básicas que se esperan de cualquier adulto» y «desconfían de los riesgos y las libertades que implica el hecho de madurar».
Pero ¿cómo es posible que las generaciones educadas con más cuidados sean las menos adaptadas para la vida adulta? Este libro trata de responder a una pregunta que concierne a toda la sociedad, cuestionándose la crianza de niños que han vivido rodeados de orientadores, psicólogos y trabajadores sociales, con padres-amigos y despojados del viejo principio de autoridad.
En Mala terapia, Shrier, una de las pensadoras más lúcidas y atrevidas del momento, no duda en señalar a la industria de la salud mental como pieza clave en la forja de padres inseguros y niños incapaces de madurar; e identifica, además, los efectos contraproducentes de las terapias, que han reducido a los jóvenes a seres dañados a nivel emocional.
En este revelador ensayo, tejido con cientos de entrevistas a psicólogos, padres, profesores y jóvenes, la autora denuncia que «al ir metiendo a niños normales con problemas normales por una máquina y sin parar, la industria de la salud mental está fabricando más pacientes de los que puede llegar a curar». ¿Ha llegado, quizá, la hora de replantearse la crianza?
Abigail Shrier es periodista de The Wall Street Journal. Estudió en las universidades de Columbia, Oxford y Yale. Su libro, Un daño irreversible, ha sido considerado uno de los libros del año por The Economist y The Times y ha provocado una gran polémica en Estados Unidos, donde fue acusado de transfobia e ignorado por muchos de los grandes medios de comunicación. Shrier vive en Los Ángeles.
@AbigailShrier