El «nuevo realismo» es la toma de conciencia de un cambio de época. La experiencia histórica de los populismos ligados a los medios de comunicación de masas, de las guerras tras el 11 de septiembre y de la crisis económica, ha acabado por desvelar el mentís de dos dogmas del posmodernismo: el que la realidad esté socialmente construida y sea manipulable y que la verdad y la objetividad sean nociones inútiles.