El desarrollo de los mercados de instrumentos derivados ha sido espectacular en las tres últimas décadas, y el proceso no parece haber finalizado. Casi resulta anómalo el mes en el que no aparece un nuevo instrumento, que introduce una característica novedosa, y que, en definitiva, refleja el dinamismo en el que está inmersa la conocida como ingeniería financiera. No obstante, ha habido una dimensión que aún queda por explotar y es la de los inversores individuales que, hasta la fecha se mantienen prácticamente al margen de la negociación en estos mercados, por supuesto nada comparable a otros instrumentos como las acciones o los fondos de inversión, probablemente por la propia regulación definida por las autoridades tendente, lógicamente, a proteger a este tipo de inversores. Manual de Instrumentos Derivados tiene un enfoque predominantemente pragmático. En esta obra se abordan todos los derivados que han alcanzado un elevado nivel de consolidación en los mercados. Sin hurtar al lector el instrumental analítico necesario, se desarrollan a lo largo de sus páginas múltiples ejemplos, en condiciones reales de mercado, que ayudarán a los lectores a conocer su funcionamiento y operativa.