El 7 de julio del año 2007 fueron proclamadas en Lisboa las nuevas siete maravillas del mundo, elegidas por millones de personas gracias a los más modernos medios de comunicación, entre una amplia relación de candidatas. Si el resultado final, así como los criterios de selección inicial, pueden ser opinables, la originalidad iniciativa, nacida del ecléctico suizo-canadiense Bernard Weber, nos da testimonio de la actualidad que tiene el tema de las maravillas del mundo y de hasta que punto está hoy día viva la sensibilidad respecto al destino y la salvaguarda del patrimonio natural, arqueológico y arquitectónico de nuestro planeta.