La pequeña Maryam asiste desde el vientre materno al comienzo de la revolución iraní. Seis años después, ella y su madre se reúnen con su padre en el exilio en París. Con la ayuda de los primeros recuerdos, Maryam relata el abandono del país, la separación de su familia, la pérdida de sus juguetes -entregados a los niños de Teherán a instancias de sus padres, comunistas- y el borrado gradual del persa en favor del francés, al que al principio rechaza y luego adopta, hasta el punto de dejar enterrada su lengua materna durante mucho tiempo. Maryam Madjidi desmonta con humor y ternura la siempre espinosa pregunta por las «raíces» en este libro sorprendente, que puede leerse tanto como una autobiografía, un diario o una fábula.
Maryam Madjidi nació en 1980 en Teherán. Dejó Irán a la edad de seis años para vivir en París y Drancy. Hoy enseña francés a extranjeros menores de edad, después de haberlo enseñado a alumnos de secundaria en barrios ricos y pobres, a discapacitados físicos y psíquicos, a estudiantes chinos y turcos, y a presos. Vivió cuatro años en Beijing y dos en Estambul.