NASÓN, PUBLIO OVIDIO / HERAS, DAVID DE LAS (Ilustración)
Las Metamorfosis de Ovidio inundan la cultura de la humanidad de oriente a occidente. Son símbolo y bandera de nuestro pensamiento.Dos mil años nos separan del momento en que Ovidio inició los versos de este poema eterno, reflejado por doquier en el arte de museos y ciudades, evocado en las palabras que expresamos.Ovidio nos ofrece una completa panorámica de mitología grecorromana, desde los orígenes del mundo hasta la época del poeta.Esta adaptación reúne algunos de los mitos más conocidosde la literatura, invitación a todo color para imaginar a Apolo y Dafne, a Teseo y el Minotauro, a Júpiter y Europa, a Faetón, a Narciso y Eco, a Perseo y Medusa...
El poeta latino Publio Ovidio Nasón nació en el año 43 a.C. en Sulmona (actual Italia) y murió en el 17 d.C. en Tomis (actual Constanza, Rumanía). Pertenecía a una buena familia romana, hijo de un administrador de fincas, que lo animó, tanto a él como a su hermano, a instruirse en derecho y política del imperio. No obstante, aunque Ovidio demostró ser bueno en el arte de la retórica y la oratoria, pronto se sintió atraído por la poética. Hasta los 20 años, frecuentó el foro político romano. Sin embargo, su hermano murió y, al poco, también falleció su padre, convirtiéndose en heredero de todos los bienes familiares, lo que le permitió vivir holgadamente y viajar a Atenas, Asia Menor y Sicilia para completar sus estudios. En su estilo, siempre quedó huella de la poesía helenística aprendida en estos lugares. A partir de entonces, se dedicó por completo al arte de escribir versos. Su primera obra fue el poemario Amores, iniciando así una producción literaria bastante influenciada, precisamente, por el amor y el erotismo. Fue un hombre de múltiples afectos: a los 30 años ya se había casado tres veces y separado dos, además de mantener otras relaciones. Durante mucho tiempo, fue el clásico erudito adinerado, dedicado al arte de las letras; despreocupado, en tanto que vivió en tiempos de paz, y algo libertino. Residió en Roma hasta los 50 años rodeado por la alta sociedad de la época, incluido el emperador Octavio Augusto. Sin embargo, en el año 8 d.C. cayó en desgracia, sin que estén claros los motivos, y fue desterrado a Tomis, un lugar remoto a orillas del Mar Negro, donde murió pocos años después. La obra poética de Ovidio casi siempre tuvo un tono desenfadado, salvo en los últimos años, así como un estilo didáctico. Usa a menudo la ironía y se apoya en la mitología para sus ejemplos, especialmente a través de personajes escogidos a los que confiere una admirable profundidad psíquica para la época. Sus obras más famosas son El arte de amar, las Heroidas o Cartas de las heroínas, La metamorfosis, Tristes y Pónticas o Cartas del Ponto.