Los padres y las madres de hoy confiesan que tienen sentimientos ambivalentes y de culpabilidad respecto a sus hijos. Este libro es una buena herramienta para todos aquellos padres que se sientan desbordados por las responsabilidades que conlleva tener un hijo, criarlo y educarlo, y devorados, como reza el título, por el pequeño de la familia. Su mensaje es muy claro: la buena relación padreshijos contribuye al bienestar de unos y otros.