Miami es diferente al resto de ciudades estadounidenses. Su privilegiada situación al sur de Florida, con una temperatura media anual de 24 grados, hace que sus playas de arena blanca, junto al agua azul turquesa del océano Atlántico, estén llenas de gente durante los doce meses del año, pero Miami es mucho más. Allí se puede tomar un café al más puro estilo cubano en Little Havana, hacer compras en las lujosa Lincoln Avenue o sentarse en alguna de las terrazas de Ocean Drive, para contemplar el ambiente único de South Beach, entre cócteles tropicales, música latina a todo volumen y los casi 1.000 edificios de estilo Art Decó, que han convertido a Miami en un mito del cine americano. Y todo ello, muy cerca de la naturaleza salvaje del Parque Nacional de los Everglades, con plantas tropicales y animales en peligro de extinción, como cocodrilos, panteras y manatíes.