A Eduardo Arrollo lo tiranizan los recuerdos. Su mundo está minado de fantasmas del pasado porque lleva consigo la pesadísima losa del remordimiento. Por eso abandonó su isla y se fue a una ciudad innombrada en la novela, pero identificable con cualquier ciudad cuyas ventanas se nos revelen como fantasmagóricos nichos. El trabajo de Eduardo Arrollo consiste en preparar a los muertos para su último viaje. Pero eso no basta. Deberá esquivar las trampas que le pone su remordida conciencia para que su oficio de tanatopractor no le ciegue. Pero eso tampoco basta. Porque los cadáveres están ahí, por todas partes, a la espera de cualquier paso en falso. Mirnodrama de una ciudad muerta es una novela engañosamente pesimista. Hay en este goloso ejercicio narrativo deliberadas trampas y no menos deliberadas bondades. Cuando un día Eduardo Arrollo tenga que desatender las rutinas impuestas por su oficio, un ejército de difuntos luchará por impedírselo. Le reclamarán que continúe embelleciendo sus rostros y el protagonista deberá decidir si cruza o no la frontera que separa el valor de la cobardía, la verdad de la mentira, la vida de la muerte.
Álvaro Colomer (Barcelona, 1973), escritor y periodista. Ha publicado las novelas La calle de los suicidios, gracias al apoyo de Alberto Vázquez-Figueroa, y Mimodrama de una ciudad muerta. Como periodista ha publicado el libro de relatos, basado en hechos reales, Se alquila una mujer. Historias de putas (mr ediciones), un documento donde se repasan todos los ámbitos de la prostitución española y gracias al cual participó en la Comisión de Investigación sobre el Fenómeno de la Prostitución, promovida por el Senado español. También ha participado en numerosas antologías de cuentos, siendo especialmente reseñables Que la vida iba en serio y Tierra de nadie (ambas en mr ediciones). Como periodista ha merecido el International Award for Excellence in Journalism 2007, concedido por el International Institute of Journalism and Communication, por un reportaje sobre Chernóbil incluido en Guardianes de la memoria. Además, es colaborador habitual de La Vanguardia, Qué Leer, Yo Dona y otras publicaciones del mismo carácter.