Casi desde sus comienzos como cronista y novelista, Salgari obtuvo un notable éxito de público. En sus últimos años, era el escritor con mejores ventas de Europa: algunas de sus ochenta y cuatro novelas superaron la cota hasta entonces desconocida de los cien mil ejemplares y tuvo multitud de imitadores, como Luigi Motta o sus propios hijos. Sin embargo, Salgari vivía acosado por la penuria, trabajando como un forzado de la pluma para editores que le estafaban con impávida constancia. Un día se hartó, cogió uno de los yataganes modelo Sandokán que coleccionaba y se hizo el hara-kiri, no sin dejar una nota para sus verdugos: «A vosotros, que os habéis enriquecido con mi piel, manteniéndome a mí y a mi familia en una continua semimiseria o aún peor, sólo os pido que en compensación de las ganancias que os he proporcionado os ocupéis de los gastos de mis funerales. Os saludo rompiendo la pluma». Tenía cuarenta y nueve años. (Del prólogo de Fernando Savater)
Emilio Salgari (Verona, 21 de agosto de 1862 - Turín, 25 de abril de 1911) fue un escritor y periodista italiano. Escribió principalmente novelas de aventuras, ambientadas en los lugares más variados, como Malasia, el Mar Caribe, la selva india, el oeste de Estados Unidos e incluso los mares árticos. Creó personajes que alimentaron la imaginación de millones de lectores. Tal vez el más conocido de sus personajes sea el pirata Sandokán. En los países de habla hispana, su obra fue particularmente popular, por lo menos hasta hace un par de generaciones.