La narrativa breve de Agustín de Foxá figura entre lo mejor que brotó de su pluma. Hasta la aparición de Misión en Bucarest y otros relatos no era fácil encontrar los cuentos de Foxá en el mercado. Era necesario rescatar esa espléndida parcela de su producción literaria. Junto a la historia principal, Misión en Bucarest, lamentablemente inacabada, se encuentran otros seis relatos tan bien urdidos como bien escritos. En Misión en Bucarest comparece el Foxá diplomático, pues la capital de Rumanía fue uno de sus primeros destinos como secretario de embajada. «Olor a cera» es un delicioso cuento taurino que responde al interés que despertaba en su autor la fiesta nacional, mientras que «Viaje a los efímeros» tiene que ver con Swift, la utopía y la ciencia ficción. En «Hans y los insectos», un especialista en exterminar insectos acaba siendo víctima de una conjura urdida por hormigas, a las que Foxá detestaba. «Satarán» aborda el tema de los grandes mitos que surgirían en América con motivo de su descubrimiento. «El príncipe Pablo» es un cuento muy decadente, en la línea de autores como Valle-Inclán, Barbey d’Aurevilly o Villiers de l’Isle-Adam. El último relato, «El lobizón», es una valiosa aportación de Foxá al mito terrorífico del hombre lobo. Son estupendos los cuentos de Agustín, conde de Foxá. Hoy resucitan de la mano de la editorial sevillana Renacimiento. Sean muy bien venidos. L.A.de.C.
Unos relatos tan desconocidos como fascinantes. Una prosa excepcional.
Agustín de Foxá. Conde de Foxá (Madrid, 1903-1959), fue diplomático de carrera, poeta, narrador, periodista y, sobre todo, uno de esos autores que produce de vez en cuando la literatura y que resultan, por sus múltiples peculiaridades, tan atractivos e interesantes como su propia obra. De él, como de Quevedo o de Borges, se cuentan infinidad de anécdotas que, auténticas o no, revelan la talla humana y singularísima del personaje. Falangista de primera hora, fue uno de los autores, tal vez el principal, del himno «Cara al sol». Sus obras más justamente célebres son su novela Madrid, de Corte a cheka, su colección de poemas El almendro y la espada y su pieza teatral Cui-Ping-Sing (1940).
El poeta Luis Alberto de Cuenca, nacido en Madrid el 29 de diciembre de 1950, ha seleccionado, en estrecha colaboración con Abelardo Linares, una antología poética de Foxá que, con el título de Ciudad en la niebla, vio la luz en 2022 en esta misma editorial. De Cuenca ha publicado, además, en Renacimiento los siguientes libros de versos: La caja de plata, El otro sueño, El hacha y la rosa y las antologías Poesía 1970-1989, De amor y de amargura, Su nombre era el de todas las mujeres, Por las calles del tiempo y Abre todas las puertas. Y ha reunido en un volumen, publicado por primera vez en 2017, Las cien mejores poesías de la lengua castellana, que ha alcanzado ya su quinta edición.
Agustín de Foxá (Madrid, 1903-1959), Conde de Foxá. Poeta, novelista, periodista y diplomático. Ingresó en la carrera diplomática en 1930 y ocupó cargos en diversos países. Edgar Neville, diplomático también, fue una de sus primeras amistades literarias. Empezó su producción con un libro de poemas de tono entre modernista y vanguardista, La niña del caracol (1933), con prólogo del editor Manuel Altolaguirre. En 1936 publicó El toro, la muerte y el agua, con prólogo de Manuel Machado. Falangista de la primera hora, es uno de los autores del himno «Cara al sol». Entre 1940 y 1943 dirigió la revista hispanoitaliana Legiones y Falanges. En 1940 publicó la antología El almendro y la espada: poemas de paz y guerra y en 1948 El gallo y la muerte. Además de su poesía, merecen destacarse sus obras teatrales: Cui-Ping-Sing (1940), Baile en Capitanía (1944), ambientada en la segunda Guerra Carlista y El beso de la Bella Durmiente (1948). Es autor de un libro de viajes, Por la otra orilla. Crónicas e impresiones de viajes por América (1961), un libro de relatos, Misión en Bucarest (1965) y como narrador, una importante novela de corte histórico, entre Galdós y Valle-Inclán, Madrid de Corte a Cheka (1938). En 1956 ingresó en la Real Academia Española.