«Hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas. Desde que el hombre existe, ese sentimiento, ese temor, esas presencias lo han acompañado siempre. Traten otros los dos primeros. Yo me ocupo de las moscas.» Y, consecuentemente con este enunciado y con el incesante ir y venir de estos dípteros, Augusto Monterroso (1921-2003) toma a lo largo de esta obra como elemento recurrente la naturaleza y la propia imagen del insecto. Un finísimo humor, tanto más corrosivo cuanto más inocentes son las palabras que lo albergan, la sátira, el desvanecimiento de los límites entre cuento, ensayo y aforismo, caracterizan Movimiento perpetuo, una más del puñado de obras maestras que alumbró el escritor guatemalteco.
Augusto Monterroso (guatemalteco, nacido en 1921) vivió exiliado en México desde 1944. Incorporado de lleno a la vida cultural de este país, en él escribió toda su obra literaria. En 1975 recibió el premio Xavier Villaurrutia y en 1988, la condecoración del Águila Azteca. Los libros de narrativa y ensayo que le han dado un lugar sobresaliente dentro de la literatura en lengua hispana son: Obras completas (y otros cuentos) (1959), La Oveja negra y demás fábulas (Alfaguara, 1998), Movimiento perpetuo (Alfaguara, 1999), Lo demás es silencio (1978), La palabra mágica (1983), La letra e (Alfaguara, 1998), Los buscadores de oro (Alfaguara, 1993), Cuentos, fábulas y lo demás es silencio (Alfaguara, 1996), Pájaros de Hispanoamérica (Alfaguara, 2002) y, en colaboración con Bárbara Jacobs, Antología del cuento triste (Alfaguara, 1997). En 1993 fue nombrado miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua Española, y en 1996, doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala, además de miembro de la Orden Miguel Ángel Asturias y premio Nacional de Literatura en 1997, en Guatemala. Ese mismo año recibió el premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo. En 2000 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Falleció en 2003 en la Ciudad de México.