Esta nueva traducción del texto íntegro de la primera edición de 1868, con el añadido de muchos párrafos que se suprimieron en las versiones posteriores, incluye también la segunda parte de la historia, que la autora publicó en 1869 para dar respuesta a las muchas cartas de los lectores, interesados en saber cuál sería el destino de las hermanas March. Han pasado casi ciento cincuenta años desde aquel lejano 1868, pero la complicidad de Meg, Beth, Amy y Jo con las demás mujeres no ha muerto. Es más, autoras de la talla de Simone de Beauvoir y Joyce Carol Oates han sido admiradoras entusiastas de esas mujercitas que en sus gestos y palabras resumen el espíritu crítico de una época y aún hoy pueden regalarnos unas hermosas horas de lectura.
Nació en 1832 en Germantown, un pequeño pueblo cercano a Filadelfia. Su padre fue un famoso profesor y escritor que se preocupó por proporcionarle una buena educación. Pronto demostró sentir una gran pasión por escribir. Sus primeros trabajos se publicaron en Atlantic Monthly, una revista literaria y política de Boston. Ya en su juventud era una convencida feminista y se mostró en contra de la esclavitud que sufrían los negros en Estados Unidos.En 1862, durante la Guerra de Secesión estadounidense entró a trabajar como enfermera en un hospital, experiencia que le hizo mirar el mundo de otra manera. En 1868 publicó Mujercitas, que tuvo un éxito arrollador. Desde ese momento, sus obras casi siempre tendrían un gran número de lectores: Aquellas mujercitas, Una muchacha anticuada, Hombrecitos, Bajo las lilas... Pero los constantes problemas de salud que la aquejaban no la dejaron disfrutar plenamente de sus triunfos literarios. Murió en 1888.