El libro trata de mostrar que el nacionalismo puede ser en teoría y en la práctica una razonable propuesta de convivencia colectiva. Una forma de vivir que no sólo no atenta sino que, en determinados supuestos, activa un conjunto de valores racionales. El nacionalismo busca cubrir otras exigencias humanas, tales como la necesidad de reconocimiento, pero también puede (y de hecho en muchas ocasiones lo logra) satisfacer las exigencias de libertad, democracia, etc., constitutivas de la razón moderna. Sin embargo la razón no está al lado, en todas sus manifestaciones, del nacionalismo en el reino de la sinrazón. En una segunda parte se aplican estas reflexiones a un territorio singular, el País Vasco. Así, con una mirada que pretende contrastar la teoría con la realidad, se analizan las razones del nacionalismo vasco. Sus pasiones. Y sus tragedias.