Desubicados, maltrechos, los personajes de Necios y ridículos recorren los pequeños infiernos del día a día en busca de dignidad. Dos estudiantes malparados en pos de una fantasía revolucionaria, una madre furtiva perseguidora de un fantasma, un padre endeudado y su hijo atrincherados en un hogar vacío o un par de veteranos insolidarios en permanente duelo verbal, forman parte de los aleñados de la sociedad que retrata este libro. Son transeúntes orgullosos de su irrelevancia.