Después de treinta años como profesor en Cambridge, Isaac Newton se hizo cargo de la Casa Real de la Moneda y se dedicó a perseguir a los falsificadores que ponían en peligro la estabilidad de la econonomía británica, muy especialmente a William Chaloner, un truhán habilísimo a quien finalmente consiguió desenmascarar. Thomas Levenson, después de describir los años de esplendor de Newton como hombre de ciencia, reconstruye su duelo con este astuto delincuente de un modo apasionante, combinando la divulgación histórica y científica con la narración criminal y descubriéndonos su faceta desconocida como detective.