Revestido con la magia de un estilo deslumbrante y seductor, el pensamiento de Nietzsche resulta, para el hombre de hoy, inusual, inaudito, desafiante, casi en nada parecido al de un filósofo más. En su trasfondo hay una larga experiencia i en ir errante por desiertos tórridos y congelados, un prolongado aprendizaje en ver las cosas de otro modo a como las ve habitualmente el europeo moderno. Éste se ve, tal vez, a sí mismo como la cima de la evolución y del progreso histórico, heredero de una civilización que ha logrado dominar técnicamente la naturaleza liberándole de muchas limitaciones físicas, de la inseguridad, de la superstición, y creando las condiciones de un confort nunca antes imaginable. Pero entonces, ¿por qué no está satisfecho y feliz? Nietzsche pone ante su lector un espejo donde se refleja el lector mismo junto a su otro, o sea, junto a todas esas otras interpretaciones, posibilidades y puntos de vista que nunca se plantea. Le induce así a descubrir las construcciones autocomplacientes de un optimismo ilusorio al tiempo que le muestra las exigencias para vivir y afirmar la vida desde una experiencia dionisíaca del mundo.
Diego Sánchez Meca es Catedrático de Historia de la Filosofía Contemporánea en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y Presidente de la Sociedad Española de Estudios sobre Nietzsche.