Aoi comienza a compartir piso con su amigo de la infancia, Ryota. Siempre ha estado orgulloso de él: es guapo y atrae todas las miradas. Sin embargo, Ryota solo tiene ojos para Aoi. "Mientras pueda estar contigo, Aoi, todo lo demás me parece bien".
Ambos creían que su amistad permanecería inalterable para siempre. Hasta que un día, Aoi se queda dormido y... ¡¿se despierta al notar que Ryota está a punto de besarlo?!
Desconcertado, Aoi no sabe cómo reaccionar ante esta situación, pero hay algo que no puede quitarse de la cabeza: el calor que sintió cuando Ryota rozó su piel.