Ganadora del Premio Goncourt 2014 y convertida en un fenómeno editorial en Francia, esta historia de tres excombatientes dibuja un retrato fresco y atrevido de una sociedad descompuesta por la barbarie de la guerra. Síntesis brillante de géneros tan diversos como el relato de aventuras, el drama psicológico, la crónica social y el alegato antibélico, la narración progresa a un ritmo trepidante, en un derroche de humor, rabia y compasión.
En noviembre de 1918, tan sólo unos días antes del armisticio, el teniente d?Aulnay-Pradelle ordena una absurda ofensiva que culminará con los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt gravemente heridos en un confuso y dramático incidente que ligará sus destinos inexorablemente. Édouard, de familia adinerada y con un talento excepcional para el dibujo, ha sufrido una horrible mutilación y se niega a reencontrarse con su padre y su hermana. Albert, de origen humilde y carácter pusilánime, concilia el sueño abrazado a una cabeza de caballo de cartón y está dispuesto a lo indecible con tal de compensar a Édouard, a quien debe la vida. Y Pradelle, aristócrata venido a menos, cínico y mujeriego, está obsesionado con recuperar su estatus social. Cuando los tres vuelven a París, se rebelan contra una realidad que los condena a la miseria y al olvido. Así, Édouard pergeña una ingeniosísima estafa para vengarse de su progenitor, que siempre lo repudió por su sensibilidad. De paso quiere ayudar a su fiel Albert, cuyo prurito es huir a las antípodas para olvidar a Cécile, su amor perdido. Y Pradelle sacudirá la conciencia de toda Francia mediante una monumental operación delictiva concebida para amasar una rápida fortuna. Los escollos son considerables, pero la voluntad de los tres parece infinita.
Hortensia Lemaître (Barcelona, 1966) y José T. Gállego (Madrid, 1973) viven con su hija en una granja de un pequeño pueblo de Barcelona donde escriben, cultivan el huerto y crían animales de manera ecológica. Ambos crecieron en la gran ciudad, ella estudió Filosofía y él Periodismo pero, tras unos años y hartos del estrés urbano, se mudaron al campo buscando una vida más sana y tranquila. Descubrieron que vivían mejor al ritmo de la naturaleza, cultivando con sus propias manos alimentos ecológicos en busca de la autosuficiencia y el contacto con el yo interior. Desde entonces intentan trasmitir este conocimiento a otras personas.