Somerford regresa una oscura noche a su mansión en los fríos acantilados de Dover. Viene convertido en conde de Wyvern, a reclamar lo que es suyo... y se encuentra con el fantasma del pasado que lo ha atormentado durante años. Él y Susan sólo tenían quince años cuando descubrieron al amor más apasionado en una solitaria caverna.
La traición de ella lo empujó a partir, y los años de guerra en Europa le han convertido en un hombre duro y decidido. Ahora vuelven a encontrarse. Ella es el ama de llaves, y también una pieza clave en una red de contrabando que lleva siglos desarrollándose en la zona.
El rencor y el resentimiento anidan en el corazón del conde. La culpa y el temor a la nueva situación llenan el alma de Susan. Pero cuando vuelven a verse, ambos sienten que la llama de aquel amor inocente y salvaje que vivieron brevemente, no se ha apagado del todo.