Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida a sus espaldas,?hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito de Suances, en Cantabria. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta?completamente anacrónico. Tras este hallazgo comienzan a sucederse, de?forma vertiginosa, diversos asesinatos en distintas ciudades de Cantabria que, unidos a los insólitos resultados forenses de las víctimas,?ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al?propio Oliver, que iniciará un denso viaje personal y una carrera a contrarreloj para?descubrir al asesino.
María Oruña (Vigo, 1976), gallega de padre cántabro, desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado Un lugar a donde ir y su novela anterior, Puerto escondido (Destino, 2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, el francés y el catalán. En ambas novelas los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. Oruña es abogada y actualmente compagina esta profesión con la escritura. @maria_oruna