Ana es una niña de 9 años que está enferma. Su abuelo, para distraerla a la hora de las comidas, va contándole historias de la Biblia que él mismo está leyendo. Los relatos que el abuelo escoge se ven interrumpidos por preguntas y comentarios de la niña, creándose divertidas conversaciones en las que también participan amigos de Ana y otros miembros de la familia. Así, al modo de integrar una historia dentro de otra, asistimos de forma paralela al relato bíblico y a las peripecias familiares, lo que proporciona un enfoque dinámico y novedoso a los textos del Antiguo y Nuevo Testamento.