Vasili Rózanov, Ernst Jünger, Henry de Montherlant, Louis Ferdinand Céline, Paul Morand, Julius Evola, Ezra Pound, José Vasconcelos, Ernesto Giménez Caballero... La nómina de escritores que aparecen en estas páginas configura un catálogo dotado del magnético atractivo de la sospecha. Entre la oscuridad y el oprobio, mal conocidos o envueltos en el escándalo, estos nombres y, sobre todo, la impertinente evidencia de sus textos, siempre dispuestos a reaparecer, nos colocan ante la cuestión, tan incómoda como necesaria, de hasta qué punto es legítima la figura del «intelectual de derechas». A partir de esta pregunta, el ensayista cubano Ernesto Hernández Busto esboza en este libro algunas características comunes a figuras ciertamente dispares: la añoranza del mito y del rito, el culto de la muerte como fundamento comunitario, la persistencia de la falacia antisemita y la fascinación por la analogía como clave de interpretación histórica. Un periplo fascinante por las galerías de una tradición donde resuenan los ecos de motivos compartidos y afinidades semisecretas, pero donde el lector atento también sabrá descubrir disonancias inesperadas. Una buena ocasión para volver sobre las palabras y las ideas de algunos intelectuales «malditos» cuyo principal peligro no parece ser la victoria póstuma, sino el olvido.