Mientras se esfuerzan por compatibilizar su salvación personal y la redención colectiva, estrechamente vinculada al desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, Perico Mejía, un arquitecto de firmes convicciones liberales y de un acusado europeísmo, escribe un ensayo histórico sobre las emigraciones españolas a aquel país. Unidos por el compromiso político, la solidaridad y los lazos de amor y de amistad que se crean entre ellos, emprenden proyectos comunes que les ayuden a permanecer cohesionados como grupo y que les permitan relacionarse, como digna representación de la España republicana, con la sociedad inglesa.