BRYCE ECHENIQUE, ALFREDO (1939- )
Si para algunos es apenas un depósito de sombras el desván donde van a parar los desechos de lo vivído, para Alfredo Bryce Echenique la memoria es un riquísimo manantial en el que habitan hechos y personajes que la magia de su pluma trae de regreso a la vida. Permiso para sentir, segunda parte de sus Antimemoriasla primera se titula Permiso para vivir, es, como la primera, una conmovedora evocación de episodios escogidos de la trayectoria vital y artística de nuestro gran escritor. Estos recuerdos, recientes o lejanos, hermosos o ingratos, plenos siempre de esa mezcla de sabiduría e ironía bryceanas, no se detienen en la anécdota, sino que ahondan en el lado humano de sus protagonistas y se proyectan, además, como un haz de luz sobre nuestra época. Esto último es particularmente notable en aquellas páginas sobre el Perú contemporáneo, en las que emprende un tierno y a la vez incisivo, e incluso, por momentos, feroz, pero siempre lúcido y honesto, ajuste de cuentas con su propio país. Si hay algún escritor que desde sus obras, como desde una ventana, se ponga a conversar con el lector, ése es, sin duda alguna, Alfredo Bryce Echenique. Su humor, su bondad esencial, su peculiar pesimismo que bien puede ser una forma de optimismo crean una atmósfera íntima que su magnífica prosa no hace sino acentuar. Conjunción de literatura y vida, Permiso para sentir es un libro que tiene como destino inmediato el corazón de sus lectores, de los muchísimos lectores que tiene este extraordinario escritor.