Cuando J. M. Barrie, el creador de Peter Pan, escribió Peter Pan y Wendy era consciente de que estaba reflejando un drama eterno, más allá del cambio de las modas y del transcurrir del tiempo: el fin inevitable de la infancia y la consiguiente entrada en el mundo de los adultos. el paso del reino de la fantasía, la imaginación y la inocencia, a un mundo de obligaciones, aburrimiento y materialismo. un lugar, en definitiva, en el que no queda sitio para la felicidad. Pero Peter Pan y Wendy se ha convertido en un clásico de la literatura infantil, porque el talante de Barrie se elevó por encima de su melancólico mensaje y plasmó con humor y amenidad la magia de la infancia y el inevitable camino que lleva a su extinción