Una madre hace saltar por los aires la tumba de su propio hijo. Éste murió durante el servicio militar, víctima de una macabra broma. En la tumba se habían esculpido las usuales palabras anónimas que se emplean en estos casos: «Caído en acto de servicio». Pero la madre no lo acepta. En la tumba de su hijo tiene que ser grabada, bien visible para todos, la verdad: «Asesinado por sus superiores». Éste es el comienzo de una larga serie de desesperados intentos por parte de Rajel para que se haga justicia. Como en otras novelas de Batya Gur que no pertenecen a la serie policiaca de Michael Ohayon, por la que es conocida en España, se ponen al descubierto las contradicciones y el lado oscuro de la sociedad israelí.
Batya Gur (Tel Aviv 1947-Jerusalén 2005) se doctoró en Literatura hebrea por la Universidad de Jerusalén, donde fue profesora durante más de veinte años. Sus novelas policiacas se han convertido en auténticos best-sellers en Europa, Japón y Estados Unidos, donde han figurado en la lista de las mejores novelas policiacas de The New York Times Book Review.